top of page
Foto del escritorLara Luiz

Elecciones en Taiwán: Un cambio interno que puede afectar al orden internacional

Las primeras elecciones a nivel mundial podrían definir el futuro del orden internacional: las elecciones presidenciales y parlamentarias de Taiwán marcan un hito histórico con la victoria por tercera vez consecutiva del Partido Progresista Democrático bajo el liderazgo de Lai Ching-te en medio de un escenario de alta tensión con China, donde el descontento y las amenazas de unificación aumentaron una vez obtenido el resultado electoral.


Por primera vez en la historia de Taiwán el gobierno en el poder consigue su tercer mandato consecutivo con el triunfo del actual vicepresidente Lai Ching-te del Partido Progresista Democrático con el 40,3% de los votos, con una amplia diferencia por encima de sus opositores Hou Yu-ih del histórico Kuomintang (33,4%) y del Partido Popular de Taiwán (PPT), Ko Won-je (26,3%). En estas elecciones se define al nuevo presidente y vicepresidente que gobernarán por un período de cuatro años y los 133 escaños del parlamento unicameral.

¿Por qué estas elecciones son importantes? La disputa presidencial y parlamentaria no solo marcará un antes y después en el futuro del país sino también en la política mundial, porque giran en torno a las relaciones con China y cuentan con la fuerte presión de Xi Jinping, quien desde los momentos previos a los comicios ha enviado mensajes de advertencia y precaución en caso de que la isla no cambiaría su posición independentista.

El eje de campaña fue la política exterior y la defensa nacional, principalmente como el estrecho de Taiwán podrá asegurar su independencia sin entrar en un conflicto bélico con China. Desde el partido gobernante declararon que mantendrían el statu-quo y que los votantes debían elegir entre “democracia y autocracia”, en cambio, el Kuomintang lo consideraba como una elección entre “guerra o paz” donde el conflicto con China podría resolverse al entablar relaciones económicas, y el tercer candidato del Partido Popular de Taiwán había advertido que sólo él podría evitar la guerra con China desde una postura neutral retomando comunicaciones con Pekín sin alterar las relaciones con Estados Unidos.

Por tal razón, en China se encienden las alarmas y esto podría generar un recrudecimiento de la tensión en el conflicto, ya que previamente las autoridades chinas expresaron su preferencia por el candidato del Kuomintang y calificaron a Lai Ching-te como un “peligroso separatista” que aboga por la independencia de Taiwán y que terminará por generar turbulencias en el estrecho,  mientras desde la isla acusan de China de intentar socavar las elecciones con sus “repetidas interferencias”.

Sin embargo, con la victoria de Lai Ching-te los taiwaneses reafirman el reclamo por su independencia y reconocimiento a nivel internacional, y consolidan su relación con Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, que apoyan expresamente al gobierno actual, pese a contar con otras dos alternativas que proponían focalizarse en los problemas internos del país y un acercamiento o vínculo comercial con China. Además, los grandes protagonistas de estas elecciones son las nuevas generaciones, quienes buscan mantener el statu-quo desde un fuerte sentimiento nacionalista donde la identificación política con la democracia y valores occidentales funciona como un mecanismo para alejarse de China y comenzar a formar su propia identidad como nación.

Una vez cerrados los comicios Lai Ching-te declaró: "Le estamos diciendo a la comunidad internacional que entre la democracia y el autoritarismo, todavía estamos del lado de la democracia", dijo el presidente electo en un discurso frente a sus seguidores. Por un lado, el secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken emitió un comunicado donde celebra la consagración de Lai a la presidencia y reasume el compromiso de promover la relación entre ambas naciones, y por otro lado, el portavoz de la Oficina de Asuntos taiwaneses en Beijing Chen Binhua comunico que “la reunificación es inevitable” considerando este triunfo como una actividad separatista.

El caso de Taiwán puede ser interpretado desde una visión netamente realista, frente a un escenario donde los objetivos políticos y sociales apuntan directamente a la defensa nacional contra la amenaza inminente de un Estado enemigo. Los electores no han cedido a las presiones del gigante chino y buscan la consolidación de su propia identidad mediante el fortalecimiento militar, vista como la única vía posible de defender su independencia y reclamando por encima de cualquier otra cuestión la soberanía nacional, siendo la única garante de seguridad. La continuidad de este conflicto puede agravar la situación y transformarse en el tercer conflicto armado de los últimos años, con el rechazo mutuo y la imposibilidad de entablar diálogos diplomáticos que conduzcan a bajar las tensiones, ambas partes deciden recurrir a las fuerzas con el objetivo de alcanzar sus respectivos intereses.

25 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page