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Foto del escritorLeandro Veiga lópez

Guatemala y el desafío de robustecer una democracia debilitada.

Descontento general a días de los comicios presidenciales.

El próximo 25 de junio más de 9 millones de guatemaltecos acudirán a las urnas para elegir la fórmula presidencial que sucederá en el cargo al actual mandatario, Alejandro Giammatei, para conducir el destino de la república centroamericana por los próximos cuatro años. Junto con la elección presidencial, se realizará el recambio de 160 diputados en el Congreso, 20 en el Parlamento Centroamericano y 340 alcaldes municipales.

Un total de 22 binomios presidenciales se encuentran inscriptos para disputar la primera vuelta de los comicios generales a celebrarse el domingo 25 de junio próximo, pero solo tres concentran el mayor caudal de intención de voto según los datos arrojados por las encuestadoras Impacto360, TResearch International y Espacio Muestral. Esto se debe a que desde 1985 la población de Guatemala practica de manera constante el voto castigo al gobierno oficialista de turno ya que, desde dicho año, ningún gobierno ha conseguido la reelección ni retomar el poder en la elección siguiente o posteriores tal como lo vemos reflejado en el siguiente cuadro.

Fuente: Elaboración propia

El primer lugar, por intención de voto hasta el momento, es para Zury Ríos, hija de Efraín Ríos Montt, ex presidente de facto durante 1982-1983. Ríos, líder del partido Valor, encabeza la coalición junto a su compañero de fórmula Héctor Cifuentes, actual secretario general de unionistas, quienes según los sondeos electorales tendrían 25,5% de intención de voto hasta el momento.

La segunda fórmula mejor posicionada es la que encabeza Sandra Torres y Estuardo Guerra Lemus por Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) llegando a un 21.5% de intención. Torres, quien es conocida por haber sido primera dama del exmandatario Álvaro Colom, disputó la presidencia en tres oportunidades siendo la de 2011 invalidada por la Corte Constitucional al considerar su candidatura como “fraude de ley” ya que la misma no permite a familiares directos del presidente de turno buscar la presidencia, a pesar de que Torres se encontraba divorciada de Colom. En 2015 logra la inscripción y pierde contra Jimmy Morales, por último, para 2019 Torres vuelve a sufrir la derrota, pero esta vez frente a Alejandro Giammattei, actual presidente.

Asimismo, Torres fue denunciada penalmente por Theodore Michael Plocharski y Marco Augusto Quilo Orti por haber pertenecido presuntamente a la guerrilla guatemalteca ORPA, la candidata es acusada junto a 56 personas de al menos 69 mil actos delictivos perpetrados por organizaciones guerrilleras, la investigación es llevada a cabo por la agencia especializada del Ministerio Público.

En el año 2019 Torres fue detenida con prisión preventiva luego de las elecciones presidenciales, acusada de financiación electoral ilícita y asociación ilícita, otorgándole prisión domiciliaria a principios de 2020 y quedando sin efecto la causa por falta de pruebas en 2022.

El tercer binomio presidencial es el que encabeza Edmond Mulet y Max Santa Cruz por el partido CABAL, de reciente formación, acumulando un 16,3% en la intención de voto. Hace cuatro años Edmond Mulet participó de la contienda electoral junto al partido Humanista donde se alzó con el tercer lugar obteniendo un 11%, equivalente a unos 493 mil votos.

Recientemente el partido CABAL lamentó el fallecimiento de uno de sus fiscales electorales en un atentado con arma de fuego en el sur de la ciudad de Guatemala. Este hecho se suma a la ola de ataques que tienen como objetivo a las autoridades y colaboradores del partido.

Según los sondeos electorales se está contemplando un porcentaje de voto indeciso cercano al 9,3% y un voto nulo que rondaría el 9,6 % respectivamente. Las diferentes encuestas están coincidiendo en una hipotética segunda vuelta entre Zury Ríos y Sandra Torres. En caso de que ninguno de los candidatos obtuviese el 50% + 1 de los votos el Tribunal Supremo Electoral fijó una segunda vuelta a celebrarse el domingo 20 de agosto en la que participarán las dos fórmulas más votadas de esta elección por demás multipolarizada.

La región centroamericana está inmersa en los más bajos índices de desarrollo, se encuentra tensionada por la presión de los Cárteles del narcotráfico, grupos criminales y los movimientos migratorios que en los últimos años han hecho colapsar definitivamente a países como Haití, sacudido las bases de viejas y nuevas dictaduras como la de Cuba y Nicaragua. El flagelo del narcotráfico y el crimen organizado ha penetrado estructuras como en Honduras, golpeado a países con modelos de desarrollo en crisis como Costa Rica y Panamá. O ha hecho surgir a líderes de tendencias autoritarias como ser el caso de El Salvador. La nación guatemalteca tiene una debilidad institucional debido al bajo financiamiento y escasez de personal bien preparado, la atípica alternancia partidaria junto con el fracaso del sistema de partidos da cuenta que los mismos, rara vez superan la década de funcionamiento, situación que está llevando a Guatemala a sumarse a la crisis generalizada que afecta a América Central y el Caribe.

En la actualidad, Guatemala tiene un porcentaje de pobreza que afecta al 55% de la población según estimaciones del Banco Mundial y está entre los países con niveles más bajos en apoyo y satisfacción con la democracia, de hecho, solo el 38% de la población está satisfecha con su funcionamiento. Este fenómeno sitúa a la nación en el puesto 13 de 20 países evaluados por Latin American Opinion Proyect (LAPOP). En cualquier caso, resta esperar el resultado de los comicios del próximo 25 de junio y que la fórmula ganadora comience a transitar su mandato para saber qué políticas concretas aplicará para enfrentar de forma efectiva la acuciante situación social que viven los guatemaltecos.


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